Recuerdo de largas esperas y esperanzados momentos de regreso
Así es la Itaca de mi sentimiento, no la de Ulises según Homero.
La Itaca de mi deseo de volver a casa
El regreso a lo dejado atrás , creo que lentamente fui pensando en volver
Sin fecha de regreso pero pensando en volver
NO no es así, solo es poético y bíblico.
Regresar a casa o recordar la casa
Pero ¿que es la casa? o ¿que es eso que llamamos regresar?
somos lo que construimos
Somos el día a día batallado y ganado
somos un invento de nosotros mismos
Podemos llegar como extraños a cualquier lugar
al último recodo de un país lejano,
al principio seremos el vecino nuevo,
Luego, el extranjero.
Al final solo seremos: el vecino de al lado,
Por lejos extraño y diferente que parezca
la continuidad lo hace personal, natural propio
El día a día, el buenos días de cada mañana.
Así que la Itaca del regreso se convierte en poesía
Tal vez un día sea diferente pero no todavía
Extrañar en recordar lo que fue y ahora no está
El regreso se basa en ese recuerdo
La Itaca de mis sueños era visible y ensoñadora
Esta tierra del regreso era mi esperanza
que un día volvería agradecida por la oportunidad del viaje
Volvería porque es grande tener un puerto al cual regresar
Pero con el tiempo se fue desdibujando la imagen de esperanza
Con los años descubrí muchas Itacas muchas tierras para el regreso
Con el tiempo sentí que regresar es más duro que partir
Regresar con el peso de los años.
Si es cierto debo agradecer el viaje
Si es verdad la Itaca de mi partida me dio todos los implementos del viaje
Pero también es verdad:
el viajero que se hace de sus propios elementos del viaje
No está sólo
No necesita que le sigan poniendo aditamentos a su equipaje
El vecino nuevo en cualquier rincón del mundo deja de serlo imperceptiblemente.
Las Itacas de mis recuerdos son pequeños puertos
Pequeños puertos basados en recuerdos lejanos
recuerdos que se desdibujan cansados
Cuando pienso en el regreso pienso en el vacío de mis días
Que hacer al día siguiente?
¿De qué hablar? ¿tal vez historias de mis puertos conocidos?
¿Quien querrá escuchar la misma historia cada día?
Entonces moriría lentamente sin encontrar fondo a mis palabras .
Moriría por mis soliloquios repetitivos
La tristeza silenciaría mis historias
Patinaz